miércoles, 8 de junio de 2011

Papeles viejos

Tengo la costumbre de escribir y perder a propósito lo que escriba para encontrarlo cuando ya no me acuerde de lo que hice. Hoy he descubierto un texto que escribí hace casi un año, cuando terminaba una etapa de mi vida. Es de las pocas cosas que he hecho que en su momento me gustaron y ahora todavía me gusta más aunque lo veo de otra manera:

Vuelvo a mis viejas revoluciones. Vente si quieres, pero te garantizo que serán completamente inútiles, que no cambiaremos ningún mundo y nadie nos escuchará.
Da pereza volver a preocuparse de las estupideces de siempre, de volver a pelear por tonterías contra la tradición y el sistema, de volver a desencajar en el conformismo. Después de un tiempo sumido en la corriente, dejándome arrastrar y disfrutando del viaje, me llaman desde el fondo del pasillo viejos papeles que hace tiempo abandoné por frustrantes. Fue bonito vivir como uno más, pendiente de cosas banales de la vida cotidiana. Lástima que mi vida cotidiana se acabe cuando acabes de leer esta carta porque ya habré vuelto a algún oscuro rincón escondido desde el que volver a hablar con personajes ficticios probablemente inventados por otros como yo o quizás por aquellos que pretenden que nos rindamos a la indolencia general. Piratas de parche y ratón, indigentes de libreta y lápiz mordido, ladrones de instantes con zoom digital, clandestinos oradores de bar,... No los reconocerás, a veces ni siquiera ellos mismos lo hacen.
Lamento que estas lineas sean tan cortas, pero no son una despedida. Nos volveremos a ver en algún lugar imaginado, quizás en una canción o en un poema, quien sabe.

1 comentario:

Vir dijo...

Muy, muy grande. Supongo que no será la primera vez que te dicen que tienes madera de escritor :P

(Me está empezando a dar rabia eso de que siempre que leo una entrada tuya esté de acuerdo con ella o sea digna de elogios... ¡escribe alguna que me permita criticarte por una vez, hombre de dios! xDDD).