domingo, 9 de octubre de 2011

La historia de los Julos y la cerveza

Me cuesta mantener un ritmo de actualizaciones decente, pero después de otra larga temporada ya va tocando resucitar esto un poco. Podría hacerlo con alguna de las entradas sobre cosas aburridas que tengo pendientes, pero... mejor no. 
Voy a hablaros de una de las mayores crueldades imaginables, un suplicio digno del sótano del más profundo de los infiernos de la Divina Comedia, algo que ni a la mente más enfermiza se le ocurriría, algo mucho peor que toda la programación de Telecinco. Voy a contaros la historia del Julodimorpha bakewelli.

El colega luciendo abdominales
Vale, os habéis quedado igual. Bueno, pues esta historia, como cualquier buena historia de bichos, nos lleva hasta Australia (donde los canguros y los ornitorrincos). Allí hay un escarabajito, bastante normal no os vayáis a creer, que vivía tan tranquilo hasta que un día llegaron los australianos y empezaron a beber cerveza y como tienen una islilla la mar de grande pues tiraban las botellas por ahí. Total, si con lo grande que es eso y los poquitos que son iban a tardar mucho en ensuciarlo todo. Relación entre ambos hechos: escasa.

Pero claro, nadie contaba con la particular percepción del mundo del macho de Julodimorpha bakewelli (Julo para los amigos). Y es que, como a todos los machos de todas las especies, sus genes lo llevan a hacer cosas fuera de toda lógica con tal de conseguir el tan deseado fin, a saber: ir de tiendas con la parienta, fregar los platos, bajar la tapa del wc, etcétera. Supongo que ya habréis adivinado cual es el "tan deseado fin".

El Julo dándolo todo
El caso es que a los Julos las botellas de cerveza les parecen hembras gigantes. ¿Y que hace un bicho de estos cuando ve una hembra gigante? Bravo, lo habéis adivinado. El que el pobre bicho copule con la botella de cerveza puede resultar gracioso, pero no para ahí la cosa. ¿Qué ventajas tienen las botellas de cerveza? Que no se quejan. Así que ahí se quedan los Julos, dale que te pego. Y viéndolo desde la mente del bichillo tiene su lógica: ¿qué otra cosa va a ser mejor que estar todo el día ahí con la mejor hembra que ha visto en su vida?

Lo malo es que se pasan. Y con se pasan quiero decir que no se mueven de ahí nunca más. Ni comen, ni nada de nada (no sé yo si los bichos esos duermen). Y con nada de nada me refiero a que tampoco le hacen caso al resto de hembras, lo cual es una pena dicho sea de paso. Como decían en una serie: muerte por kiki. Que puede ser una de las mejores muertes del universo peeero, como ya os advertí esta era una historia macabra y es aquí donde entran las Iridomyrmex discors (Iri para los amigos). Que no son otra cosa que unas hormiguillas estándard australianas (claro que allí el concepto "estándar" en cuanto a animales se refiere es un cachondeo). El Julo es muy atractivo y las Iris están loquitas por hincarle el diente, pero es un tipo duro, un machote con unos abdominales de hierro (cosas de tener exoesqueleto) y no se deja conquistar fácilmente. Pero claro, como todo bicho viviente también tiene sus partes blandas (os podéis imaginar cuales), que precisamente quedan al descubierto cuando se pone a darles uso con la botella. 

Las Iris haciéndole cosillas al Julo 
Ensimismado como está el Julo con la botella no se da cuenta hasta que es demasiado tarde de que las Iris, literalmente "se lo han comido todo". Porque empiezan por ahí abajo, pero una vez puestas cualquiera las para. ¿Puede haber peor muerte que devorado empezando por ahí precisamente cuando se le está dando uso? Si se os ocurre algo peor creo que deberíais visitar a un psiquiatra.
Lo normal sería que esto le pasase a uno cuantos
Julos y el resto ya se diesen cuenta del tema e hiciesen el trabajo que no estaban haciendo los amantes del vidrio. ¡Pero eh! ¡Que estamos en Australia! y allí lo normal es lo anormal, así que la especie estuvo a punto de extinguirse en los años 80 por el afán de los machos por la cerveza.


Moraleja: no ensuciéis que podéis estar condenando a la peor de las muertes a bichos inocentes (idiotas a más no poder pero inocentes al fin y al cabo).
Julos hanciendo un Gang Bang
Pd: todo esto es fruto de una investigación que recibió el premio Ig Nobel de Biología, unos premios a las investigaciones chorra del año.
Fuentes: 1, 2 y el artículo científico original.

6 comentarios:

Juanfra dijo...

Que putada que te coman la po... de esa manera. Cuando mas tranquilo estás, agustito, en tu mundo,...zas!! bocao al canto. Estoy seguro que no es agrabadle.......o si, con estos bichos nunca se sabe, como Australia está bocabajo...

dparra dijo...

Bueno... nunca dejarán de sorprenderme tus entradas xD Definitivamente, si uno quiere buscar investigaciones chorras y rarezas, el mejor sitio del mundo parece ser Australia. Poniéndonos un poco más serios... Devastadora visión de cómo un gesto cotidiano --como arrojar una cerveza a la nada-- puede deparar en consecuencias ecológicas funestas. "Mariposas y tornados"...

Anónimo dijo...

Traumático de los bichejos, pero a mí casi que me dan más pena las hembras!! Me las imagino ahí, todas desatendidas, mirando a los Julos con incredulidad y haciendo un extreme facepalm xD ("no sólo es que sean tontos... es que encima nos vamos a extinguir por su culpa!!").

Por cierto, el resto de premios Ig Nobel de este año tampoco tienen desperdicio xD

Marylow dijo...

Grande Paco... resucita su blog de la mejor forma posible...con la historia de la extinción de un bicho por culpa de unas hormigas que le comen toda la polla (no sé porque Juanfra se auto-censura)... mientras se fornica un botellín de cerveza...te echábamos de menos xDDDD
Pd: Estoy con Virgumr...las hembras lo tienen que pasar mal tb ¬¬

Alejandro Sola dijo...

La entrada va de hecho insólito en hecho insólito. Bastante increíble me parecía que unos insectos pudieran..."copular" con botellas de vidrio cuando me sorprendes con que esos mismos bichos son devorados en mitad del acto.

La naturaleza nunca dejará de sorprenderme XD

Anónimo dijo...

Esto demuestra que la cerveza es inversamente proporcional al rendimiento en el sexo con hembras de tu especie.