Cuanta razón tiene el viejo refrán, y es que no hay nada como una mezcla de avaricia, credulidad y estupidez para ser objeto del timo más tonto.
El timo no es nuevo, cada cierto tiempo pasa lo mismo, incluso a veces con agravantes, como el caso de la anciana que pretendió comprar a un supuesto deficiente una bolsa con 30.000 euros por 6.000 (evidentemente se quedó sin nada). Y que queréis que os diga excepto que me alegro de que quienes pretenden sacar un beneficio rápido a costa de los demás sean estafados. Que también hay casos de este estilo pero que no son estafas, simplemente maneras de blanquear dinero.
A veces los escrúpulos pueden beneficiar a su bolsillo.
2 comentarios:
No me he enterado del timo, la vieja da 12000 euros y entonces se repartirian 24000 + 12000= 36000 ------> 36000/3= 12000. ¿Que negocio pensaba hacer la señora?
Se supone que el contenido de la bolsa iba a ser totalmente para la vieja. Se trataba de comprarle al deficiente la bolsa y quedarsela con ella. El matrimonio solo daba credibilidad al increible timo.
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