miércoles, 1 de diciembre de 2021

Fe de vida

Dice el Ministerio de Justicia que "el certificado de fe de vida y estado es el documento que acredita que una persona está viva". Es algo que no existe en el mundo digital pero que quizás deberíamos empezar a incorporar pues la web ya va cumpliendo años. Sea como fuere sirva esta entrada para dejar constancia de que el autor de este modesto blog está vivo. Sigo aquí.

La web continúa cambiando y poco a poco van cerrando los medios que materializaron un momento y un cierto despertar generacional a internet y a nuevas formas de comunicarnos. A los blogs y el RSS (que no es acrónimo de redes sociales) les han relevado los podcasts y newsletters. Y sí, también estoy enganchado a ellos y evidentemente he hecho mis pinitos (Mutatis mutandis...). Y es que, al margen del fango que hay en redes sociales y demás rincones oscuros de la web, sigue existiendo una internet amable donde la gente piensa, hace, ayuda, colabora, debate y crece. Y eso me fascina. A día de hoy puedes aprender las nociones básicas de absolutamente cualquier cosa, desde bricolaje o programación hasta arquitectura y cine. O combinaciones maravillosas de todo ello. Y ese espacio también ha crecido mucho en esta década larga.

Mis circunstancias han ido variando, pero mi curiosidad sigue ahí y nunca ha sido tan fácil alimentarla como ahora. Sigo aquí. Vivo en un soleado ático con muchas plantas, suena Lofi de fondo y el café es delicioso. Hay una ausencia que me acompañará toda la vida, pero ahora es más amable. Siempre fui afortunado y trato de ser consciente de ello, hoy también porque comparto mi vida con alguien que mira igual que yo. Sigo aquí.

martes, 3 de enero de 2017

A Mar

A todos nos ha pasado que, en un momento de ensimismamiento, pasamos de repente a ser conscientes de la profundidad de un cuadro, la belleza del árbol del final de tu calle o sencillamente de la calidez de los rayos del sol una mañana de primavera. Ahora imaginad a alguien que es permanentemente consciente de toda la belleza que la rodea, que es capaz de ver la vida desde esos pocos segundos de consciencia que, con excepcionalidad, se nos conceden a los demás. Esa era Mar. Decir de ella que era una chica brillante y encantadora se queda tan corto que es casi una mentira. Era una persona tan fuera de lo común que resulta difícil de describir con las mismas palabras que usamos para los demás. Uno de mis amigos contaba que, sin conocerla, le llamó la atención en un concierto en el que tocaron bandas sonoras de películas conocidas. Se quedó impactado de ver cómo se emocionaba con la música hasta el punto de llegar a llorar con casi cada canción. Pero la anécdota que guardo con más cariño de ella es cuando la conoció otro de mis amigos una noche que habíamos salido un grupo de tapas. Recuerdo verlos empezar a hablar y, cinco minutos después, mirarlos ver a mi amigo con cara de estar mirando una aura boreal mientras ella hablaba. Y con esa misma cara pasó toda la noche mientras iban saltando de un tema de conversación a otro durante horas. Jamás lo había visto así. Cuando al final de la noche nos despedimos todavía le brillaban los ojos. Conocerla era pasar de una habitación a oscuras a abrir un balcón al mar que tanto le gustaba y que le daba nombre.
Hoy ronda mi cabeza aquella vieja pregunta de si hace ruido un árbol que cae en medio de un bosque si no hay nadie para escucharlo. ¿Son bellas las cosas aunque no haya nadie que las aprecie? Espero sinceramente que así sea. Quiero pensar que su paso por este mundo sirvió para hacernos a los demás conscientes de ello y que no se le puede hacer un homenaje mejor que seguir maravillándonos con lo que nos rodea aunque a los que la conocimos hoy el mundo nos parezca un poco más feo. Que la tierra le sea leve.

viernes, 27 de mayo de 2016

Lecciones para no olvidar

Importante pope de una disciplina hace una afirmación categórica en 140 caracteres sobre un tema objeto de fuertes polémicas en diferentes campos, incluido el suyo. Persona anónima, que por cierto admira los trabajos del pope, le plantea, con educación, una objeción a dicha afirmación. Pope zanja la polémica sin responder mandando a leer a la persona anónima.
Como ya escribí hace tiempo este blog es una forma de registrar mis ideas y poder ver cómo van cambiando conforme yo mismo cambio. Bien, pues espero no dejar de creer jamás en ninguna de estas ideas y convertirme en aquello que hoy detesto. Y si se me olvida, por favor, que alguien me mande estas líneas. Espero además de seguirlas yo mismo poder transmitirlas a todos aquellos que tenga a mi alrededor.

Decálogo liberal de Bertrand Russell
1. No estés absolutamente seguro de nada.
2. No creas que merece la pena actuar ocultando pruebas, pues las pruebas terminan por salir a la luz.
3. Nunca intentes oponerte al raciocino, pues seguramente lo conseguirás.
4. Cuando encuentres oposición, aunque provenga de tu pareja o de tus hijos, trata de superarla por medio de la razón y no de la autoridad, pues una victoria que dependa de la autoridad es irreal e ilusoria.
5. No respetes la autoridad de los demás, pues siempre se encuentran autoridades enfrentadas.
6. No utilices la fuerza para suprimir las ideas que crees perniciosas, pues si lo haces, ellas te suprimirán a ti.
7. No temas ser extravagante en tus ideas, pues todas la ideas ahora aceptadas fueron en su día extravagantes.
8. Disfruta más con la discrepancia inteligente que con la conformidad pasiva, pues si valoras la inteligencia como debieras, aquélla significa un acuerdo más profundo que ésta.
9. Muéstrate escrupuloso en la verdad, aunque la verdad sea incómoda, pues más incómoda es cuando tratas de ocultarla.
10. No sientas envidia de la felicidad de los que viven en el paraíso de los necios, pues sólo un necio pensará que eso es la felicidad.